Ovidio (Sulmona 43 a.c. – Tomi 17 d.c.) es fuente obligada desde hace casi 2000 años en una variedad de temas, ya que escribió sobre la cotidianidad romana, y hablar de ello es lo mismo que hacerlo desde la actualidad, porque Roma fue la consolidación de la modernidad occidental iniciada por la civilización helénica.
Entre algunos temas, en “El arte de amar” (3 a 8 d.c.), describe en un breve párrafo el extraño ritual del templo de Diana, cerca de Roma, en Nemi, que aún en tiempos del emperador Augusto perduraba desde la antigüedad. Básicamente consistía en que el guardián del templo era reemplazado por otro sacerdote mediante el asesinato.
Aconsejando acerca del flirteo masculino, el florido estilo de Ovidio hace una somera mención al curioso tema:
“Contempla el templo de Diana en medio del bosque próximo a nuestros muros y el reino conquistado por el acero de una mano criminal; aunque la diosa es virgen y odia las flechas de Cupido, ¡cuantas heridas causa a su pueblo y cuantas causara todavía!”[1]
Para una mejor interpretación, puede leerse el siguiente post http://allbuenosaires.blogspot.com/2008/07/diana-cazadora.html
donde se establece la relación entre este fragmento del mito relatado por Ovidio, la recopilación del antropólogo victoriano James Frazer, la pluma erudita de Robert Graves y su relación con las diosas de la antigüedad y una escultura desapercibida (pero con una historia interesante) en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
[1] El arte de amar (Ars Amatoris). Publio Ovidio Nasón. Edicomunicación, 1999. España.
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Hace 5 semanas
1 comentario:
Leer el mundo blog, bastante bueno
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