A 71 kilómetros de La Paz, Bolivia, en una hora y media de viaje y sobre los 3845 m.s.n.m. se encuentra
Tiwanaku o Tiahuanaco, un nombre cuya interpretación aún es incierta.
El misterio de Tiwanaku proviene desde la llegada de los españoles. Al tiempo que conocieron y dominaron a los Incas, Tiwanaku ya era un monumental resto arqueológico. Cronistas de la conquista española como
Cieza de León, el
Padre José de Acosta o el
Padre Bernabé Cobo se preguntaban quien y cuando pudo haber construido la ciudad y trasladado y trabajado las grandes piedras. En la época de la conquista aun no había OVNIS a quien asignarle la edificación de Tiwanaku, pero sí existía Satanás como justificación para la explicación y el sometimiento a los indígenas.
Hasta la llegada de la tecnología del
Carbono 14, los cálculos de la edad de Tiwanaku se basaban en estilos cerámicos o teorías difusionistas acerca de la llegada de gentes de la Atlántida por ejemplo, por lo tanto los valores de la antigüedad de Tiwanaku acrecentaban su misterio.
El rigor científico fue dejando de lado las legendarias especulaciones. Las investigaciones destacan para la región circundante al Titicaca , que durante el período Formativo boliviano (2000 a.c. a 400 d.c.) comenzaron a surgir sociedades complejas, agropastoriles, constructoras de monumentos y templos, con énfasis en grandes redes de intercambio regional. Tiwanaku y
Pucará (mas al norte de la región) fueron los principales centros.
Diversas corrientes teóricas actuales en arqueología, de acuerdo a las evidencias materiales registradas, se inclinan en pensar en Tiwanaku como un Estado centralizado, de gran influencia (a partir del 400 d.c.) en la región, abarcando el norte de Chile, con llegada el Pacífico, norte de Argentina y sur de Perú. La movilización de bienes materiales e ideas entre lugares cercanos y distantes se realizaba a través del tráfico caravanero, cuya tracción era la
llama.
Templo semisubterraneo Kontiki, se destacan las cabezas clavas empotradas en las paredes.
¿Habrán sido estas una simbólica colección de etnias conquistadas por el militarismo tiwanakota?
La Puerta del Sol está tallada en un solo bloque de piedra andesita.
Tiene 3 metros de alto y 4 metros de ancho, con un peso aproximado de 10 toneladas. Algunos teóricos esotéricos de los años 70 desestimaban que una cultura humana en esa región podía hacer este prodigio, atribuyendo a seres extrarrestres la obra.
Igualmente no está del todo desterrada esta teoría, que tal vez haya derivado en el new age actual y alguna de sus formas más extremas.
Dos grandes piedras con 2 orificios acústicos, semejantes por la forma, al oído humano pertenecen al templo de Kalasasaya. Su función era ampliar sonidos extraterrenales que merece semejante templo dedicado al culto solar.
Seguramente la fuerte religión estatal buscaba impresionar al pueblo con grandes puestas en escena. La “propaganda” que necesita cualquier gobierno humano para encubrir la desigualdad social.
Los pueblos que habitaban aquella Argentina tuvieron notable influencia de Tiwanaku, la ideología religiosa era un mecanismo poderoso para transmitir ideas. Incluso el imperio incaico fijo su mito de origen en Tiwanaku con la historia sagrada de
Wiraccocha.
Hay motivos iconográficos religiosos recurrentes en toda el área andina (incluido Argentina) como el Punchao, deidad solar representada como hombre sacrificador (de humanos, obvio), con hacha en una mano y cabeza cercenada en la otra.
Caminando, prestando atención en el piso, aun pueden recogerse fragmentos de cerámica en el suelo.
No se conocen las causas de la caída de Tiwanaku.
Las fotos fueron tomadas durante un viaje en 1998.