Aunque actualmente figure en el mapa del circuito chico en Piedras Blancas, el solar es propiedad privada, por lo cual se hace difícil entrar a conocer este lugar.
lunes, 30 de junio de 2008
Leopoldo Lugones en Merlo, San Luis
Aunque actualmente figure en el mapa del circuito chico en Piedras Blancas, el solar es propiedad privada, por lo cual se hace difícil entrar a conocer este lugar.
domingo, 22 de junio de 2008
Los ómnibus en Hong Kong
Además de la admiración por este cuidado de la calidad de vida (no tanto por los televisores, sino que se aprecia también la limpieza y la amplitud del ambiente) que tanto anhelamos los humanos, es inevitable la comparación con el ámbito en el que uno vive y se desarrolla; y entonces surge la enorme diferencia, desde la perspectiva del sentido común, con los colectivos de la ciudad de Buenos Aires, donde se pueden enumerar las siguientes deficiencias:
- Los ómnibus (“bondis” o “colectivos” en argentino) son lo suficientemente antiguos (las unidades pueden tener más de 15 años) como para atentar contra los ciudadanos con elevadísimo nivel de sonido contaminante.
- En gran parte del día se viaja parado, gente involuntariamente apretada una con otra durante largos trayectos, como ganado, en un mínimo espacio. Los choferes, curtidos en el oficio, no se apiadan de esto, ni de la reglamentación que establece un cupo mínimo de pasajeros parados; por lo que en cada parada pregonan un irritante latiguillo: “…a correrse que hay lugar atrás…”
- Estos colectivos de hace unos 15 años fueron diseñados para que viaje un discapacitado en el sector medio del mismo con su silla de ruedas, incluso con rampa automática, pero los diseñadores no contemplaron que quedan pocos asientos disponibles, además de incómodos.
- Debido a que los empresarios retacean el número de unidades, algunos colectivos, aún en horas pico laborales, pueden esperarse hasta quince minutos.
- Lamentablemente, el colectivo sigue siendo la única alternativa ante el aún más deficiente servicio de trenes y subterráneo de la ciudad.
Por supuesto que pueden considerarse una lista más amplia de deficiencias en el transporte público urbano de la ciudad de Buenos Aires.
En este aspecto al menos, podría decirse que a pesar que vivimos en un mismo planeta, existen mundos diferentes, por lo que cabe una pregunta ¿Podremos navegar entre las constelaciones algún día, como para alcanzar esos mundos que parecen tan lejanos, como el de Hong Kong?
Aunque queda un consuelo…habría que ver como son las horas pico en los ómnibus de Hong Kong.
Estas y más fotos pueden verse en http://picasaweb.google.co.uk/sarcoale/HongKong/photo#5211360346983954210
Foto de Ale©
sábado, 21 de junio de 2008
Eduardo Galeano. Espejos.
Galeano los tamiza y coloca a lo largo de un hilo coherente de pensamiento, donde el pasado se entrelaza con el presente y necesariamente con el futuro del hombre y sus más virtuosas y detestables obras.
La visión del comercio para Eduardo Galeano en Espejos:
Habia que elegir al dios del comercio. Desde el trono del Olimpo, Zeus estudio a su familia. No tuvo que pensarlo mucho. Tenía que ser Hermes.
Zeus le regaló sandalias con alitas de oro y le encargó la promoción del intercambio mercantil, la firma de tratados y la salvaguarda de la libertad de comercio.
Hermes, que después, en Roma, se llamo Mercurio, fue elegido porque era el que mejor mentía. (Eduardo Galeano, Espejos. Siglo Veintiuno, 2008)
Conflicto campo-gobierno en Argentina
miércoles, 18 de junio de 2008
Alpargatas en la basura
La nueva tecnología digital masificada a comienzos del corriente siglo representada principalmente por las cámaras de fotos hizo que cualquier cosa sea fotografiable y esté al alcance de relativamente “todos”. Cualquier objeto, cualquier gesto, persona o lugar puede fotografiarse de manera rápida y sencilla. Como estas alpargatas tiradas en una calle. ¿Acaso un aficionado con antigua cámara de rollo, hubiera desperdiciado una foto en esta toma? Muy pocos seguramente ya que el paradigma de imágenes era familiar y paisajístico.
Así como Christian Caujolle[1] argumenta algo tan interesante como que “…no hay que confundir la fotografía, que es una tecnología que se inventó en el siglo XIX, que ha constituido la memoria de la historia del siglo XX, con la imagen digital…” refiriéndose a esta como “…una producción de imágenes con una tecnología que es una codificación sistemática de 1 y 0 de la luz que recibe la cámara…” (Revista Ñ, Nro.246, 14/06/08). Sin embargo, a pesar del argumento tan elocuente de Caujolle, este tipo de imágenes digitales tan abarcativo de la realidad también parece estar construyendo una infinita memoria de al menos los primeros años del siglo XXI. Pero siguiendo este razonamiento… ¿Finalizará esta coyuntura hasta que surja una nueva tecnología masiva? ¿Qué será lo próximo en esta materia? Para Caujolle, lo que gobierna es “…la fascinación de nuestra sociedad por la velocidad…”, a lo que puede agregarse que la fotografía digital es un buen reflejo de este pensamiento. Además, la natural competencia por la inmediatez, como en otros planos de la realidad, logra la superación de una tecnología que parece no tener techo. Pero vale aclarar algo, esto ocurre en ciertos segmentos de las sociedades industriales y sus eventuales periferias de consumo…
Pero volviendo a la foto ¿Cómo habrán llegado a ser desechadas estas alpargatas y por cual motivo? ¿Qué puede llamar la atención de esta acumulación de desechos más allá de una ínfima curiosidad?
[1] Francés. Curador, crítico y editor fotográfico de la publicación francesa Libération. Siempre se puede esperar algo interesante de alguien que tomo apuntes y fue discípulo de Pierre Bourdieu, Roland Barthes y Michel Foulcault. También dijo entre otras cosas acerca de la fotografía: “…Una fotografía no demuestra nada. En sí misma ofrece muy poca información, va tomando sentido según el contexto en el que se encuentra… una fotografía nunca es una mentira, pero que tampoco pretende ser ninguna verdad. En el mejor de los casos, puede testimoniar un punto de vista y transmitirlo…”
miércoles, 11 de junio de 2008
Anthony Bourdain, el sushi y la comida japonesa en general
Luego de admitir su fanatismo por este plato, que incluso podría dejar de lado ante la tentación de la carne de ternera argentina, en el capítulo “Lujo puro y en bruto” del libro de referencia admite la conveniencia de que en ciertas ocasiones darse un gusto es caro. Es lo que vulgarmente se llama “despuntar el vicio”. El relato comienza con su ingreso al pequeño restaurant “Masa Takayama”, solamente para trece comensales en el edificio Time Warner de New York. Tony fue acompañado de otros dos chefs y un sumiller que les deparo vinos exquisitos que ni él mismo reconocía.
Entonces cuenta que “…el maestro sushi más prestigioso del país está directamente frente a ti con un cuchillo, un rallador y un trozo de raíz de wasabi fresca…contienes la respiración y te asombras ante los grandes trozos prietos de atún blanco otoro, que ha volado esa misma mañana desde Tokio. Dos ayudantes callados con la cabeza afeitada ayudan al chef, moviéndose entre austeros troncos de bambú verde y una sencilla parrilla de la edad de piedra…mientras estás ahí sentado y la saliva se espesa…tienes la absoluta certeza de que nadie, en ningún lugar del planeta, va a cenar mejor que tú esa noche…”
Acá viene lo mejor, cuando todo comienza: “…Primero, cangrejo de río crudo con pepino, servido, como todos los platos que vinieron a continuación, en sencillas vasijas de barro cocido diseñadas por el chef. Después, un maravilloso tempura de nécora más ligero que el aire. Vino. Y más vino.
Un disco grueso, tierno como un puré, de ventresca de atún, coronado por un montículo de caviar osetra, seguido de bonito relleno de brotes de rábano…luego…un cuenco de caldo de combu en el que nos invitaron a mojar trocitos de foie gras fresco con langosta…el sumiller no paraba de servir un vino tras otros, mientras cada plato conducía a la siguiente maravilla…empezó el sushi, pieza a pieza. Ni se te ocurra pensar que había soja o esa espantosa pasta de wasabi[1] de color verde fosforito que se ve en la mayoría de los bares sushi. Cada almohada etérea y cálida de arroz y pescado llegaba prealiñada, con yuzu o sal marina o soja o wasabi recién rallado, según juzgaba apropiado el chef.
Anguila de agua dulce…luego anguila marina…caballa increíblemente fresca…otoro cremoso, untuoso, que parecía respirar mientras se relajaba en el arroz delante de mí.
La foto es solo a efectos ilustrativos y no hace honor a la suculencia del relato
Termina Boudain este apasionante relato gastronómico con una reflexión “…la cocina profesional es un acto dominante que siempre tiene que ver con el control. Comer bien, en cambio, tiene que ver con la sumisión”.
Si bien el chef reflexiona este tema después de haber comido en uno de los mejores restaurantes del mundo (según él), la reflexión también puede caber para cualquier tipo de comida que uno recuerde o posicione como deliciosa, así sea la comida familiar (de la madre, admitámoslo), por ejemplo.
Hay que reconocer que aunque este relato produce el tradicional “se me hace agua a la boca”, existen términos por los cuales es conveniente recurrir al diccionario.
Vale aclarar que la traducción casi literal del español peninsular no es la mas adecuada para el resto de los hispanoparlantes. Si bien en algunas traducciones, incluso de televisión se elige el “neutro”, no es el caso de este libro, que se ve así entorpecido con modismos hispanos que nada tienen que ver con los giros y modismos del inglés escrito del autor.
Este extracto es una muestra del buen humor para el relato que posee Anthony Bourdain en sus libros y de como todos los sentidos pueden confluir en el deleite de la degustación. Hay quienes afirman que la gastronomía y el sexo apenas se sacan venmtaja en la cúspide de los placeres fundamentales de la sensibilidad humana
[1] Con respecto al wasabi, el propio Bourdain, en el libro “Viajes de un chef” se refiere a este como un producto carísimo por lo escaso y diferenciando que en realidad esa masa color verde, es un sucedáneo del wasabi.
lunes, 9 de junio de 2008
Artesanías de Palermo Soho
Palermo Soho
domingo, 8 de junio de 2008
Un paseo por Hong Kong
Hay que entrar en http://aliciaseminara.blogspot.com/2008/06/5-das-en-hong-kong.html
Foto de Alicia©
jueves, 5 de junio de 2008
Muestra: Rubén Sotera, fotografías
Rubén Sotera - fotografías"Los Arcos de las Horas"
"... en el olvido del suelo que pisamos, erramos a cada momento por aquí y por allá". Koichi Tsujimura
"El mundo es un pensamiento realizado de la luz" Juan L Ortiz
Inaugura martes 10 de junio de 2008, 19.00 hs.Restó, Sociedad Central de Arquitectos, Montevideo 938, Ciudad de Buenos Aires.La muestra podrá visitarse de lunes a viernes de 9.00 a 20.00
contacto: Silvina Gardonio
Cel: 1566018115
e-mail: silvinagardonio@gmail.com
miércoles, 4 de junio de 2008
Tauromaquia
Para el mitógrafo Robert Graves, diversos pueblos griegos, principalmente los cretenses, tomaban al toro como animal ritual. No solo relaciona a Hércules con la doma de los toros de Augías en su quinto trabajo, sino también que menciona el más conocido enfrentamiento de Teseo y el Minotauro (Asterio o Asterión). Este combate sería análogo a los librados entre un hombre disfrazado de toro y el candidato a rey. Asimismo, arrancar el cuerno del toro daba a este rey ungido la capacidad de fertilizar la tierra, es decir que la cornucopia poseía también un significado ritual. A partir de bastante especulación (pero que no deja de ser atrayente) y algunos dibujos en objetos artísticos hallados a lo largo de los años, Robert Graves retrotrae el combate ritual entre hombres y fieras a Babilonia y Siria, es decir al comienzo de la vida urbana, de la civilización; donde cada animal representaría a una estación del año, como el león, la cabra o la serpiente, otorgándole un significado zodiacal propio de las poblaciones agro-pastoriles que dependen de los elementos naturales para sobrevivir.
Ya sea por difusión cultural o propia iniciativa, muchos pueblos de la Europa mediterránea y Cercano Oriente veneraron al toro de diversas formas, como Zeus cuando asume la forma de un toro blanco entre los griegos o la adoración del becerro de oro entre los antiguos hebreos. E interpretando a la historia como una sucesión de procesos heredados que se transforman y resignifican, es entonces que la vigencia de la corrida de toros española tal vez sea algo más que un relicto de este pasado.
El toreo mezcló a los antiguos hispanos y los moros en la península ibérica, y Goya lo manifestó de manera magistral en la serie de grabados denominados “Tauromaquia”.
“…la indumentaria de El Cid presenta un total anacronismo. La violencia de la lanzada que llega a sobresalir por el costado del toro, contrasta con la mirada distraída del caballo, dirigida hacia el espectador…” Exposición Goya y Dalí, Pabellón de las Artes de la UCA, 2007.
“…los moros establecidos en España, prescindiendo de las supersticiones de su Alcorán, adoptaron esta caza y arte, y lancean un toro en el campo…” Goya. “…toreo de los hispano-musulmanes. El toro herido de muerte acaba de descabalgar al jinete moro, quien le ha clavado una lanza que le atraviesa el vientre de parte a parte, y ha desventrado al caballo, cuyos intestinos cuelgan sobre la arena (para muestra: en una corrida lidiada en 1790 por Costillares, murieron veintisiete caballos de pica). Simétricamente, tres infantes lo hieren por el otro costado…” Exposición Goya y Dalí, Pabellón de las Artes de la UCA, 2007.
Aunque menos bárbaro que en el pasado, ese legado llega hasta la actualidad prevaleciendo en España, y con algunos ecos mas diluidos en México, Ecuador y Perú, que como antiguas colonias españolas, adoptaron una de las tantas costumbres peninsulares.
Las fotos en la Plaza de toros de la Maestranza, durante la Feria de Sevilla 2008, realizada en el mes de abril, fueron tomadas por Maria Victoria Márquez©, y no hacen mas que mostrar la parte de este espectáculo que puede exaltar a algunos españoles y a la curiosidad de los extranjeros: el brillo de la sangre, el desafío del toro y el torero con su arrogancia y sus colores.