Este comentario de Miriam Gomes, descendiente de caboverdianos, profesora de Literatura, aparecido en la revista Ñ del 19/11/07, por breve y acertado, es adecuado para la explicación de un tramo fundamental de la historia del mundo occidental, que (salvando las distancias y con todo respeto) puede ser complementario de “Europa y la gente sin historia” de Eric Wolf y “Las venas abiertas de América latina” de Eduardo Galeano, por citar las mas representativas de las versiones “no oficiales”. Incluso haría producir cierto cargo de conciencia a más de un pequeño o gran empresario que aprovecha las leyes vigentes de “flexibilidad” laboral o sonrojar a algún europeo o norteamericano medio por cierta revelación de una “verdad oculta”.
Comenta Miriam Gomes que “…doce millones de africanos que llegaron vivos a las costas de América. Si calculamos los que murieron en el camino por inanición, deshidratación, epidemias y hacinamiento, llegaríamos a los sesenta millones de personas arrancadas de África. Quedaron despoblados territorios enteros. Si hoy Europa está superdesarrollado es porque subdesarrolló al continente africano durante cuatro siglos. El tráfico esclavista enriqueció principalmente a Europa, y después a los Estados Unidos. Hizo, también, que se desarrollara en forma colosal la industria naviera para permitir la triangulación entre África, Europa y América. Este tráfico fue el primer negocio globalizado: incluyó a todos los continentes. Los portugueses lo iniciaron, pero no fueron los que más se beneficiaron. Esas dos potencias (España y Portugal) estaban tan endeudadas que empezaron a cambiar deuda por licencias para que otros países participaran del negocio. Los beneficiarios principales fueron los ingleses, holandeses y franceses.”
La evidencia de la actual desigualdad demuestra que algunos aspectos de la historia humana no han cambiado mucho desde hace cinco siglos, aunque lo parezca. Nuevas formas de esclavitud perduran y siguen surgiendo encubiertos por la legalidad y la complicidad política y mediática; algo que nadie desconoce cuando se usa una prenda costosa de marca reconocida, un par de zapatillas importadas de lejano oriente o se utiliza la servicial predisposición de trabajadores en algunos centros turísticos de notoriedad mundial que se promocionan para los mas “pudientes”, por citar los casos mas cotidianos en un inmenso universo. Es decir, servicios a cambio de salarios que no posibilitan una honrosa calidad de vida a quienes lo perciben, por lo cual, circunstancias como la falta de educación, un sometimiento ancestral o la ausencia de posibilidades convergen para que ciertas formas encubiertas de esclavitud no puedan superarse. Nada nuevo comentándolo de esta manera.
Así y todo, esos mecanismos de flujo y azar que hacen que la historia de la humanidad tenga tantos matices no impiden que las sociedades se mezclen y adquieran caracteres únicos, aunque no exentos de cambios y recombinación constantes. Por esto, y aunque algunas comunidades no lo reconozcan, el componente de africanos negros, traídos como esclavos a América, es mas importante de lo que aparenta, en porcentajes significativos que en estos últimos tiempos se están reivindicando desde las disciplinas sociales y reflejando como más visible en lo cultural, como por ejemplo en la música.
Distinta fue la historia del mestizaje en Estados Unidos para el antropólogo Alejandro Frigerio: “…desde el principio, llegaron allí familias de colonizadores, que huían de las persecuciones religiosas de Inglaterra y Holanda. Esta gente no necesitó mestizarse con los negros y los nativos. Además, su severa religión protestante ni siquiera les permitía imaginar una relación sentimental y sexual con negros e indígenas. Que alguien tuviera una sola gota de sangre negra ya lo segregaba”. Revista Ñ, 19/11/07.
Resulta interesante y evidente que esta realidad parece ser tal como la describe Alejandro Frigerio, y los motivos, también brillantemente expuestos por lo resumido y explicativo al igual que Mirian Gomes; nos hace pensar que en sociedades como la norteamericana, la visualización fenotípica de descendientes de esclavos africanos es mucho mas notoria que en el resto de América, constituyendo, como todos saben, una minoría importante.
¿Para que pueden resultar útiles estas observaciones? Actualmente, y por diferentes motivos ocurre en el mundo un veloz flujo de migrantes a escala mundial, donde los más notorios son los que fluyen hacia los centros mundiales de Europa y el de latinos hacia Estados Unidos. A mayor densidad demográfica y velocidad en los medios de transporte y comunicación, estas migraciones se constituyen en fenómenos sociales que rápidamente pueden producir cambios importantes en determinadas sociedades.
Indagar en las historia, puede resultar entonces una herramienta fundamental para los referentes de la sociedad como para encarar los diferentes problemas que van surgiendo a partir de los cambios que implican la migración y su proceso, como para no olvidar omisiones históricas, comprender, explicar y actuar en beneficio de toda la comunidad, que se transforma, vive y persiste.