El tren se balancea mucho y el traqueteo por momentos es agotador; a pesar del paisaje del Altiplano, entre verdes valles y ríos, solitarios pastores y llamas, y elevados picos nevados.
Varias veces, algunos vagones se desenganchan y la locomotora continúa, por lo cual hay que esperar varios minutos hasta que la locomotora (una vez tomado conocimiento del percance) regrese y vuelva a enganchar los coches rezagados.
El momento de distracción favorito de los jóvenes turistas europeos es ese traqueteo, y saltar de vagón en vagón, teniendo en cuenta que la distancia entre los mismos (no hay manga protectora) y el vaivén excesivo resulta algo que no se observa en ningún lugar de Europa.
NOTA: la experiencia de este viaje fue hace 9 años. Tal vez la locomotora ya no se desenganche.
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